Un lead no es un sorteo. Tampoco es una landing page y, mucho menos, un descuento para tu próxima compra. No es nada de eso pero, sin embargo, también es eso.
Un lead eres tú, soy yo o tu compañero de trabajo. Un lead puede ser tu pareja o esa persona que te cruzas día sí día también en el metro. Un lead son los datos que cualquier usuario cede a una compañía a cambio de algo. Dar tu nombre y tu correo electrónico para poder acceder a una información completa sobre un tema, a un e-book, para obtener un descuento o, por ejemplo, participar en un sorteo. Eso es un lead.
Hemos creado en nuestras redes sociales un contenido atractivo que ha hecho que una persona “x” acceda para saber más y, para hacerlo, le hemos pedido algunos datos suyos. Como marca/compañía ya tenemos información sobre un potencial cliente. Ahora hay que afianzarlo pero… ¿cómo? Por ahora se trata de un cliente muy alejado de la acción de compra. En marketing online podemos llamarlo “Top of the funnel”.
Que esté alejado no significa que no vuelva a nosotros para saber más sobre nuestro producto o servicio. Al tenerlo ya fichado, será muy sencillo seguirle el rastro y saber en qué está interesado. Así pues, podremos enviarle propuestas, promociones y acciones más cercanas a sus gustos y, poco a poco, convertirle en un MQL (Marketing Qualified Lead), alguien que, más probablemente, acabe siendo nuestro cliente.
¿Cuándo sabemos que un lead está a punto de caramelo?
Sea cual sea la finalidad de la compañía, cuando un lead está cerca de ser un cliente le llamamos SQL (Sales Qualified Lead). Y sabemos que está interesado en la compra o adquisición del servicio porque nos ha facilitado más datos (teléfono, dirección…) para, por ejemplo, pedir un testeo del producto. Si nuestro negocio fuera un concesionario, nuestro SQL sería esa persona que solicita una prueba de vehículo o bien una cita con un comercial.
El embudo llega a su fin:
De todos los leads que en su día se sintieron atraídos por un contenido en nuestras redes sociales, un 5% ha llegado al final, ha comprado. Eso significa que nuestra acción ha conseguido un 5% de conversión. ¿Y cuánta inversión hemos dedicado a cada venta? Vamos a calcular el CPL (Coste por Lead): si lo que queríamos era vender coches, tendremos que dividir la inversión total que hemos dedicado a la campaña por el número de coches vendidos.
¿Ves? Un lead puedes ser tú cuando quieres descargarte un pdf, cuando te muestras interesado en unos zapatos o quieres recibir ofertas de tu marca favorita. Lead somos todos. Y la misión del equipo de influencia.online es conocerte para poder crear junto a ti el lead perfecto.