El consumidor digital ha cambiado. Hemos pasado del usuario que no salía del ABC de los dispositivos tradicionales (ordenadores, móviles y tablets) a un consumidor digital muy experimentado con un comportamiento omnicanal, presente en todas las ventanas digitales existentes.
Y esto se ha producido en gran medida, gracias a que los soportes digitales se han diversificado exponencialmente con la aparición de una ingente cantidad de dispositivos móviles que la gente puede llevar hasta los lugares más insospechados. Desde los ya consolidados smartphones y tablets, pasando por la SmartTV, los wearables y el digital signage. Y como no podía ser de otro modo, las marcas, en su infatigable búsqueda de impactar de manera más directa, segmentada y efectiva a su público objetivo, no han tardado en comprender el potencial de estos dispositivos como nuevos canales de distribución de contenidos y mensajes publicitarios.
Los dispositivos digitales están presentes en todas las facetas de la vida de un consumidor actual, y lo que buscan las marcas es llegar a estos consumidores no sólo a través de los canales adecuados sino también en el momento más adecuado. Se suele decir que la suerte es estar en el lugar adecuado, en el momento preciso, y eso es precisamente lo que pueden conseguir las marcas: poder plantear estrategias de búsqueda del momento de máximo valor para el usuario, y por tanto, de mayor ratio de conversión. La idea es poder impactar al usuario en cualquiera de estos touchpoints digitales: mientras juegan videojuegos, a través de sus gafas 3D, realizando un movimiento bancario y hasta en el coche.
Claro, todo esto supone un gran reto: la adaptación múltiple de las campañas y acciones de marketing a todo este tinglado tecnológico y sus especificaciones.
Otra complicación añadida es la necesidad de adaptar el marketing de contenidos a las características específicas de cada dispositivo como son las dimensiones y resolución de pantalla. La experiencia de usuario es un factor calve a la hora de diseñar contenidos y mensajes adaptados a cada ventana. La geolocalización, como cabría esperar, será un gran aliado a la hora de plantear estrategias de marketing que resuelvan necesidades del usuario en el momento y lugar en que se encuentre.
Las grandes ventajas de estos nuevos soportes es que, bien aprovechados, suponen una oportunidad de oro para las marcas para llegar de manera totalmente directa y segmentada a potenciales clientes, llegando a ser su primera opción casi en tiempo real, ya que gracias a esta diversidad de soportes móviles, los usuarios llevan consigo los mensajes publicitarios allá donde vayan.
De este modo, pueden conseguir lanzar mensajes más contextualizados, segmentados y personalizados, de gran valor, poco invasivos y con la máxima probabilidad de conversión. Eso sí, los contenidos deben realmente aportar valor, deben inspirar, educar, emocionar, motivar y/o informar al consumidor. Debe ser muy relevante, y sobre todo, oportuno: que dicho contenido pueda satisfacer una necesidad que el usuario tiene en ese preciso instante.
Por tanto, las marcas y los e-commerce tienen por delante el no poco ambicioso y exigente desafío de adaptarse y comenzar a implementar estrategias de multicanalidad, adaptar contenidos a cada tipo de pantalla/canal/dispositivo, y de hilar fino a la hora de presentar mensajes y contenidos útiles en el momento adecuado, cuando el usuario más lo necesite.