Cada red social tiene su público y debemos comunicarnos con él de la manera más adecuada posible.
Facebook aparece en nuestras vidas para recordarnos –entre otras muchas cosas- que tenemos un pasado. Que fuimos al colegio con unos compañeros a los que les hemos perdido el rastro o que la persona que tanto nos gustó en la fiesta del pasado sábado está más cerca que nunca. Efectivamente, Facebook nos conecta con las personas de nuestra vida. Con la gente que, en un momento dado, ha formado parte de nuestro entorno. Y gracias a la existencia de la red social ya no hace falta que nos comuniquemos puesto que, con simples actualizaciones de estado, vemos cómo les va, si han sido papás, dónde cenaron anoche o qué comieron hoy, si se fueron de vacaciones o cómo celebraron el cumpleaños del abuelo.
Y es que a nadie le sorprendería ver una fotografía de un plato de macarrones en Facebook o la imagen de una manicura perfecta con la playa de fondo ¿no? Sin embargo, sí nos sorprendería verlo en LinkedIn ¿por qué? La respuesta es muy sencilla: Facebook y LinkedIn nacieron con dos objetivos muy distintos.
Hay que tener muy claro que LinkedIn no es una red social en la que colgar tu maravilloso currículum y esperar a que alguna gran empresa te llame. El objetivo de LinkedIn es poner en contacto a profesionales para que se conozcan, establezcan relación y, quién sabe si al final acaben colaborando juntos en algún que otro proyecto.
LinkedIn tampoco es un espacio para contar nuestro día a día. Puedes compartir artículos, noticias o gráficos que tengan que ver con tu sector, pero no compartas tu foto en bañador, las cañitas con los amigos o el vídeo de tu bebé diciendo sus primeras palabras. LinkedIn es una red social de profesionales que, a lo sumo, se van a interesar por tus destrezas como profesional, tu recorrido laboral, tu formación y, especialmente, en qué puedes aportarles tú como profesional.
La diferencia entre ambas redes sociales es, como vemos, radical. Facebook nació con el propósito de acercar a personas desde su ámbito más personal, mientras que LinkedIn muestra nuestro lado más profesional. Desde la irrupción de las redes sociales, el llamado Social Media, mucha gente ha creído erróneamente que había que gestionarlas todas de la misma manera. Pero, la realidad es que no se deben mezclar los canales ni los mensajes que en ellos lanzamos, puesto que el público que va a recibirlos no es el mismo, ni espera lo mismo.
Un consejo
Si sigues teniendo dudas sobre qué colgar en cada una de las redes sociales, te damos una premisa que si la aplicas bien no te fallará. Piensa en que detrás de LinkedIn está tu jefe y detrás del muro de Facebook, tu mejor amigo ¿Le contarías a tu superior cómo transcurrió la fiesta de disfraces del sábado noche?
A cada uno hay que contarle lo que le corresponde. Así es como trabajamos en Influencia.online cuando trazamos una estrategia de comunicación online para nuestros clientes, buscando la comunicación más adecuada según el canal y el público objetivo.